lunes, 10 de enero de 2011


Vivir la Navidad con ilusión…sentir el deseo de adornarlo todo, de comprar regalos, de ver encenderse las luces de las calles.

Soñar mientras escribimos nuestra carta a los Reyes Magos, y estar convencidos realmente de que esos deseos se harán realidad…

Esperar juntos el preciso instante en que se termina el año en el que estamos y comienza el siguiente, cogidos de la mano, mirándonos a los ojos y atragantándonos por las risas mientras intentamos comernos las uvas una tras otra al son de las campanadas.

Y tras la última campanadas, ¡Feliz Año mi amor! y ese gran abrazo que nos hace sentir felices por estar juntos. Compartir el primer deseo del año, poder estar mucho tiempo así, sin separarnos más.

Levantarnos el día de Reyes con los mismos nervios en el estómago que cuando éramos niños, ir al árbol y buscar nuestro regalo...Abrirlo y con sorpresa comprobar que ahí está lo que llevábamos tanto tiempo buscando.

Oír de nuevo, despacito, junto a mi cara, de tus labios... Que me amas y que soy lo mejor que te ha pasado.

Y sentirme bien, la mujer más dichosa del mundo, porque tú me haces sentirme así, porque tan solo por estar contigo, siento que lo tengo todo…

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